Casarse. Quizás hace un par de años planear el casamiento era cuestión de ponerse a mirar revistas, charlar con las amigas, contratar un estudio fotográfico y listo. Hoy en día, gracias a las millones de opciones que nos brinda nuestro amigo Internet, y especialmente nuestro querido Pinterest, casarse tiene una cantidad de matices y opciones que pueden proveer las ideas más geniales y originales o...  estresar a la novias más perfeccionistas (hola, me presento, esa soy yo).

Trabajo hace 4 años como fotógrafa de bodas y puedo decir que en los muchos casamientos a los que fui a trabajar nunca me di por aludida de la cantidad de cosas que se tienen que planear cuando uno decide casarse. Desde la elección del diseñador/a hasta los detalles de la decoración, planear un casamiento puede ser agotador.

¿Por qué de golpe planteo esto? Me caso, claro. Y les voy a contar resumidamente la historia de cómo llegué a este momento ya que creo que es digna de ser contada. Después, a la que le interese, podrá encontrar un resumen del paso a paso de esto que le llamo #modapolitasecasa.

El primer elemento de esta travesía se podría decir que es el novio ¿no? La historia resumida es: nos conocimos, nos hicimos amigos, nos enamoramos, me fui a Europa un mes y cuando volví me encontré con que lo impensado durante mucho tiempo en mi cabecita empezó a tomar forma. Estaba hasta las manos. Enamorada como nunca de la persona más buena que conocí en el mundo. Este muchachito me ofreció pasar el resto de su vida al lado mío y yo no dudé en decirle que sí.

Ahora, nos quedaba planear. Como soy bastante perfeccionista pero a la vez terriblemente despiolada, las listas de cosas por hacer se hicieron infinitas. El abanico de opciones, lugares, vestidos, decoración y demás me mareó un poco hasta que encontramos el lugar ideal.

No soy de esas novias que tienen planeado el casamiento desde que tienen uso de razón, pero siempre supe que me quería casar al atardecer. Supongo que tiene algo que ver con que la luz del atardecer es la mejor para las fotos y para mí, la fotografía es una parte muy importante de mi vida.

Así que el objetivo era encontrar un lugar hermoso en el que se pudiera aprovechar la luz del ocaso. Averiguando quintas y estancias en Rosario y alrededores, a mi novio se le ocurrió un lugar que siempre le había gustado pero no tenía idea si se podía usar para un casamiento. El lugar era Campo Timbó, un campo de 4 km de largo en el que se agrupan cabañas, restaurantes y hasta un Spa. Es enorme, al lado del Carcarañá y en medio de bosques y recovecos de ensueño.

Fue el primer lugar adonde averiguamos y desde el primer momento supimos que nos íbamos a casar ahí. Nos armaron un presupuesto del primer salón que se divisa a la entrada, al lado de un lago y a metros del río, con el extra de la estadía en una de las cabañas que están más adentro, entre la arboleda. No costó demasiado convencernos y al recorrer, en seguida estuvimos seguros de que habíamos encontrado lo que estábamos buscando.

Además, lo que nos gustó es que nosotros queríamos hacer algo súper sencillo, una celebración de nuestro amor con amigos y familia, sin demasiado show. Todos los salones nos ofrecían miles de opciones de lo que se les ocurra, cosas extravagantes o simplemente comunes a todos los casamientos iguales que se repiten todo el tiempo. Nadie nos entendía lo que queríamos (además de que todas esas opciones "extras" vienen con un extra monetario importante) y a mí me termina dando la sensación de que las fiestas terminan siendo una carrera. Todo con cronómetro, re estructurado. En cambio, en este lugar nos dieron muchísima libertad y eso nos encantó.

Puedo suspirar y decir que además de que lo encontramos rapidísimo es un lugar de cuentos, la atención es excelente y estamos más que felices.

Por ahora las fotos se las debo, pero tengo que volver a sacar medidas e ideas para la decoración así que pronto pondré fotos propias y algún videito.

Espero que disfruten de esta sección y puedan hacer uso de la misma si planean casarse <3