De frascos y otras yerbas

Una noticia para todas las que se casan en breve o piensan que tienen mucho tiempo para planear su boda: el tiempo VUELA. No sé cómo ni en...

Una noticia para todas las que se casan en breve o piensan que tienen mucho tiempo para planear su boda: el tiempo VUELA.

No sé cómo ni en qué momento sucedió, pero el mes que viene me caso. Sí, fue hace unos días que llegaron a casa mi hermana y mi sobrina y me dieron la noticia: "¡Celi, el mes que viene te casás!". Debo reconocer que el pánico entró en escena y me di cuenta de las miles de cosas que faltan por hacer: arreglos del civil (léase trámites infinitos que deben ocurrir 20 días antes del casamiento, la vestimenta, el lugar adonde ir después, testigos, etc.), detalles finales de la luna de miel, invitaciones, presupuestos de peinado y otras cosas, y por supuesto, MUCHAS cosas por pagar.

Así fue como este fin de semana entré en pánico por unos minutos y me di cuenta de que no quiero ser esas novias histéricas que acuñan el nombre de Bridezilla (término utilizado en USA que hace una mezcla de las palabras "novia" y "Godzilla") y traté de organizarme lo mejor posible para que las semanas que quedan por delante puedan ser disfrutables y no estresantes. Porque si lo pienso en frío, son mis últimas semanas de soltera, una etapa que viví y disfruté con mucha intensidad y que no quisiera terminarla arrastrándome las ojeras, perdiendo 20 kilos y peleando con los que me rodean (es algo muy común para muchas novias y lo que nunca quise que me pase).

Con mi habilidosa hermana mayor, que hace el papel de maquilladora, testigo y wedding planner, decidimos dedicarnos el sábado a decorar frascos. La idea era decorarlos para usar como centros de mesa, llenarlos de flores y velitas y darles una onda rústica y a la vez retro que combinen con el resto de la decoración. Así que Gaby (la hermana habilidosa) trajo dos tipos de galletitas hiper saludables, unas de chocolate hechas con palta (deliciosas, aunque no lo crean) y unas de banana y nuez. A mi me había picado el bichito pastelero también así que hice scones de arándanos y, junto con una limonada de frambuesas (si, leyeron bien) que también había traído Gaby, aprovechamos el calorcito de este loco invierno y nos pusimos a decorar en medio de una merienda primaveral.

El resultado fueron 50 frascos terminados y nosotras agotadas pero felices. Les muestro cómo quedaron y algunas fotos de frascos en bodas reales para que, si les gusta la idea, puedan aplicarla. Es algo lindo y sencillo, quizás para un tipo de evento más campestre, pero que queda divino. Lo único que necesitan es muchas amigas que les junten frascos, algo de puntilla, caireles, perlas y un poco de imaginación.

La merienda era digna de ser mostrada.









Algunos ejemplos de frascos utilizados en bodas














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