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Gracias.
18:51:00Hoy no quiero hablar estrictamente de moda. Llega fin de año y tengo ganas de sentarme a escribir. Los finales de año están llenos d...
Hoy no quiero hablar estrictamente de moda. Llega fin de año
y tengo ganas de sentarme a escribir.
Los finales de año están llenos de reflexiones absurdas. No
creo que esté mal pararse a hacer un balance, siempre y cuando sea positivo.
Algunas personas piensan que en un año van a cambiar el mundo, rehacer todos
los errores del año anterior, alcanzar el trabajo soñado y la relación perfecta.
Pero como eso es casi imposible, la mayoría de la gente llega a fin de año más
deprimida y ansiosa que feliz y relajada.
En el mundo del “fast
food” en el que vivimos, donde todo es ya, ahora, ayer, nadie para a fijarse
en las pequeñas cosas, en los detalles que te hacen sumamente feliz pero que
aparecen callados y en general te toman por sorpresa.
Por eso, este año, yo quiero terminar dando gracias. Gracias
por esas pequeñeces, esas cosas que hicieron que mi año fuera mejor.
Primero, doy gracias porque puedo sentarme a escribir, y si
alguien me está leyendo, agradezco a ese lector que se tomó un ratito de su
tiempo para leer estas líneas.
Doy gracias por las relaciones dañinas que se terminaron, y
las otras tantas, maravillosas, que comenzaron.
Doy gracias por poder viajar, conocer rinconcitos de este
planeta hermoso en el que vivimos, un placer que a mí me genera una felicidad
tan enorme que no puedo contener.
Doy gracias por las puertas que se abren y por las que se
cerraron. Pero más gracias doy porque aprendí a no empujarlas innecesariamente.
Doy gracias por las imágenes que quedan grabadas en mi retina.
Tantas lunas reflejadas en el río, que desde la altura parecen ser parte de un
cuento.
Doy gracias a Dios por un año más de vida, de salud, de
alegrías, de risas incontables, de lágrimas que limpian, de abrazos que
perduran.
Y para ustedes, mi deseo es éste: que retrocedan y
agradezcan, porque este año se fue, y no vuelve más.
¡Feliz 2013!